martes, 5 de marzo de 2019

Cáncer y muerte celular

VÍAS DE LA APOPTOSIS COMO OBJETIVOS DE LAS TERAPIAS FRENTE AL CÁNCER,
Vías de la apoptosis: relación con el cáncer En la última década se han realizado importantes avances en el conocimiento de la genética y de la biología del cáncer. En este sentido destacan los logros obtenidos en relación con los mecanismos y función de proteínas implicadas en las vías de señalización de muerte apoptótica y de los genes con destacado efecto en el fenotipo maligno. La apoptosis juega un papel crucial en el control de la muerte celular cuando el daño en el ADN es irreparable. Se ha demostrado que algunas mutaciones oncogénicas, que suprimen la apoptosis conducen a la iniciación, progresión del cáncer y/o metástasis.

Existen dos vías principales que inducen la apoptosis: extrínseca (también conocida como vía del receptor de muerte) e intrínseca (o mitocondrial) (Figura 1). La primera se activa cuando un ligando específico se une a su correspondiente receptor de muerte en la superficie celular. Entre las moléculas capaces de inducir apoptosis (ligandos de muerte) se encuentran: Factores de Necrosis Tumoral (TNF-α y TNF-β), Ligando Inductor de la Apoptosis Relacionado con TNF (TRAIL) y Ligando Fas (Fas L). Cada uno de ellos se une a su correspondiente receptor de muerte en la superficie celular: Receptor del TNF (TNFR), Receptor del el Ligando Inductor de la Apoptosis Relacionado con TNF (TRAILR), Receptor APO-1, también denominado Fas o CD95 (13). Cuando se produce un estímulo de muerte, la unión del ligando de muerte a su receptor induce la trimerización de este último seguida del reclutamiento al oligómero de la proteína adaptadora FADD (proteína con dominio de muerte que se asocia a Fas) y de la unión, para su activación, de las pro-caspasas (-8 y/o –10) iniciadoras de la apoptosis. Esta estructura supramolecular se denomina Complejo de Señalización Inductor de Muerte (DISC) (Figura 2). En este complejo, las procaspasas (pre -cisteín proteasas) son convertidas mediante hidrólisis parcial, en caspasas activas, capaces de hidrolizar y con ello activar a las pro-caspasas efectoras o ejecutoras de muerte (caspasas-3, -7) que actuarán sobre sus sustratos diana, para inducir las características morfológicas y bioquímicas de la apoptosis: condensación citoplasmática y nuclear, hidrólisis específica de FIGURA 1. Vías de señalización relacionadas con la apoptosis (5). 193 proteínas celulares, ruptura endolítica del DNA en fragmentos oligo-nucleosómicos y condensación del contenido celular en cuerpos apoptóticos que finalmente serán fagocitados por macrófagos o incluso por células vecinas. La activación de la caspasa –8 puede ser bloqueada por la proteína c-FLIP (Proteína Inhibidora de la enzima convertidora de Interleukina-1β 

La vía intrínseca o mitocondrial es otra estrategia que conduce a la apoptosis, en la que la mitocondria desempeña un papel central cuyo «punto sin retorno» es la permeabilización de la membrana externa mitocondrial (Figura 1). El papel crítico de control de esta vía corresponde a las proteínas de la familia BCL-2 (originalmente descubiertas en linfomas foliculares) que incluye varios miembros pro-apoptóticos y otros anti- apoptóticos. Cuando las células perciben un estímulo extracelular (citotóxico, radiación UV, rayos X), o alguna señal intracelular (por ejemplo, daño del ADN, inestabilidad nuclear), la membrana externa de la mitocondria sufre cambios en su potencial de membrana y en la transición de su permeabilidad. Como consecuencia, se liberan una serie de proteínas apoptóticas desde el espacio intermembrana al citosol: citocromo c, Factor-1 activador de las proteasas apoptogénicas (Apaf-1), endonucleasa G, factor iniciador de la apoptosis (AIF) y Smac/Diablo (segundo activador mitocondrial de caspasa). En el citosol, el citocromo c se une al factor activador de las proteasas apoptogénicas que en presencia de ATP, atrae a la pro-caspasa iniciadora -9 para su activación en el complejo supramolecular denominado Apoptosoma (figura 2). La caspasa -9 (como aspartato cisteín proteasa) activa, hidroliza selectivamente a la procaspasa-3 para convertirla en caspasa –3 que se considera la «ejecutora central de la apoptosis». Esta caspasa se dirige a los sustratos apoptóticos PARP (Poli-ADP-Polimerasa), ICAD (Inhibidor de la desoxi ribonucleasa activada por caspasa) iniciándose la serie de eventos que desembocarán en la muerte celular (15). La vía de las caspasas está regulada por las proteínas inhibidoras de la apoptosis, IAPs (XIAP; IAP-2, cIAP-1, cIAP-2, ML-IAP NIAP, survivina y apollon). Las IAPs se unen a las procaspasas e impiden su activación, así como la actividad de las caspasas maduras, promoviendo su degradación por el proteosoma. Por otra parte, el efecto inhibidor de estas proteínas y por tanto, su efecto antiapoptótico es antagonizado por moléculas también liberadas de la mitocondria que son inhibidores endógenos de las IAPs, como SMAC/DIABLO (diablo homólogo de Drosofila), Omo/HtrA2 y factor-1 asociado a XAP (XAF1) (16,17). La survivina es una proteína anti-apoptótica que se expresa ampliamente durante el desarrollo fetal y en la malignización celular. Su interacción con una proteína clave en la autofagia, Beclina-1, regula la sensibildad de algunas células cancerosas humanas a la apoptosis inducida por el receptor de muerte TRAIL (18).


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consecuencias de la apoptosis y necrosis.

1.Se impide la liberación de los contenidos celulares al espacio extra celular.
2.Permite muerte celular sin inflamación.
3.1.La apoptosis permite la muerte celular sin  provocar daño a las células adyacentes.


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TIPOS DE MUERTE CELULAR:




Necrosis

La necrosis ocurre de manera aguda, por una forma no fisiológica, mediante una agresión que causa lesión en una porción importante del tejido, por ejemplo en el centro de un tejido infartado, en un área de isquemia o en la zona de una lesión por toxinas. 

El proceso de necrosis es desencadenado por toxinas, hipoxia severa, agresión masiva y cualquier otra condición que genere caída de ATP. Esto crea cambios que, histoló-gicamente, están representados por desorganización y lisis del citoplasma, con dilatación del retículo endoplásmico y las mitocondrias, disolución de la cromatina y pérdida de la continuidad de la membrana citoplasmática (proceso de oncosis). El ADN es partido en fragmentos irregulares al azar. Debido a la pérdida de la integridad de la membrana celular, el contenido del citoplasma es volcado al espacio extracelular, produciéndose la atracción de células inmunes en el área, lo que genera el proceso de inflamación, en el cual los restos celulares son eliminados por fagocitos inmigrantes,












Apoptosis

En 1972 se descubrió el proceso fisiológico de apoptosis, que fue dominio de estudios histológicos hasta finales de los años 80. A principios de los 90 se caracterizaron los mecanismos genéticos y moleculares involucrados.

El proceso de apoptosis es desencadenado por condiciones fisiológicas o patológicas sin pérdida de niveles de ATP, debido a que el mismo requiere de energía para su realización. Existen dos vías principales que pueden llevar a la apoptosis: inducción positiva o externa por un ligando unido a los receptores específicos de la membrana plasmática y la inducción negativa o interna que ocurre por pérdida de la actividad supresora de mecanismos intracelulares. La inducción positiva involucra ligandos que por una porción intracelular del receptor transducen al interior una señal; esa porción intracelular es llamada dominio de muerte. La inducción negativa se produce por pérdida de la actividad supresora a cargo de una familia de proteínas específicas que se hallan relacionadas con la mitocondria, liberándose desde la misma citocromo C que dispara la actividad de las proteasas, enzimas encargadas de ejecutar la apoptosis.


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muerte celular

"LA MUERTE CELULAR ES UN PROCESO INDISPENSABLE PARA LA VIDA"

Todos los seres vivos estamos compuestos por una o varias células, desde las bacterias que habitan nuestra flora intestinal, hasta el gran elefante que se pasea en la sabana africana. En efecto, cada uno de nosotros es un mundo habitado por billones de ellas. Diferentes poblaciones celulares conforman los distintos tejidos que construyen órganos,  los cuales,  a su vez,  componen los sistemas que permiten que nuestro cuerpo funcione. Así, la célula es considerada la unidad básica de la vida pues, además, en ella se alberga toda la información genética del organismo. Pero, ¿qué esculpe tan diversas formas?, ¿qué dicta el tamaño de cada una de las partes de un ser vivo?


Las respuestas a estas preguntas se encuentran en los procesos celulares que mantienen la homeostasis del organismo. Por ejemplo, el ciclo celular permite a cada célula dividirse y generar descendencia. Por otra parte, la diferenciación celular concede a las células hijas capacidades diferentes a las de su progenitor. Y la muerte celular ofrece la oportunidad de controlar la cantidad y la calidad de las células en el organismo. De todos, este último es un proceso cuya importancia ha sido difícil de explicar a lo largo de la historia de la biología celular, pero que cada vez comprendemos mejor.